Olivia.-
Saqué a Martina de inmediato de la casa de la bruja, en el auto la llené de besos y abrazos, nunca me perdonaré haberme perdido todo un año, se veía más grande, más madura y sobretodo más sana, estaba hermosa.
— Mamá me alegra mucho verte también, pero me estás asfixiando ¿Puedes soltarme solo dos segundos? –resoplé con desgano.
— Llevo un año sin poder abrazarte quiero reponer ese tiempo –ella y Todd sonríen.
— Ya quiero conocer a mi hermanito –expresa emocionada–. me costó mucho esconder las fotos que me enviaste de mi papá y de mi abuela, pero lo logré, afortunadamente no era importante para ellos.
— Bueno, pero yo ya estoy aquí y para mí siempre serás importante.
— Mamá… ¿Por la policía estaba en la casa de la abuela? ¿Y por qué se la llevaron?
Mi sonrisa desapareció al instante, Todd seguía manejando observándome por el espejo retrovisor.
— Uhm… hay algo que debo hablar contigo hija, aún sigues siendo muy joven pero prometí siempre decirte la verdad sin importar