Olivia.-
Salgo de mi oficina bajo la atenta mirada de mi asistente.
— ¿Todo bien, Livi? – me detengo y muerdo mi labio para no soltar el llanto que tengo acumulado.
— Sí, no interrumpas nada de lo que esté pasando allí, por favor –Tony mira la enorme puerta de madera y luego a mí confundida. Pero es claro que no me quedaré para escuchar lo que pase allí adentro.
— ¡No! Espera, Olivia ¿vas a dejar a tu esposo con esa mujer? ¿Acaso no viste como vino vestida? Yo que tú…
— Esto es algo que Damián debe resolver solo, él sabe que tendrá problemas si llega a serme infiel –mi tono sale áspero, cargado de rabia y celos, para Tony es normal escuchar que una esposa hable así, pero para mí… es todo lo contrario, no debería sentir esto ¿no?
— Olivia, mi niña –me sobresalto al ver llegar al señor Owen–. ¿Y Damián? –Tony me observa y luego hacía la puerta.
— Está atendiendo unos asuntos con su disquera, si quiere lo acompaño a su oficina y lo esperamos allí hasta que sea el momento de la reunió