—¡Es Jane, Jane! Está allí. ¡Yo la vi!
Ethan frunció el entrecejo.
—¿Estás seguro que era ella? —preguntó, incrédulo.
—Sí, era Jane y entró allí. —insistió Jake.
Ethan se incorporó y comenzó a tocar la puerta dando golpes secos.
—Jane ¿Estás allí? —interrogó con severidad— Si estás allí, abre y sal a darme la cara.
Pronto, una de las empleadas de limpieza se acercó a donde estaba Ethan golpeando la puerta.
—Señor, deténgase. Este baño está clausurado. —dijo con firmeza mostrando el agua que comenzaba a asomarse debajo de la puerta.
Sólo entonces Ethan se dio cuenta que nuevamente estaba perdiendo el control de sí mismo, que quizás Jake había visto mal o había confundido a alguna mujer con Jane.
—Disculpe, señorita. No fue mi intención.
Cuando Ethan regresó a la mesa con Jake, el camarero estaba colocando la pizza en la mesa.
—¿Podría ponérmela para llevar? —preguntó.
—Sí, enseguida, señor. —respondió el camarero retirando el pedido.
Ethan buscó con la mirada