—¡Te amo! —susurró él mientras bombeaba en su interior.
Ella detuvo el movimiento de sus caderas en seco.
—¿Qué dijiste? —preguntó insegura de sus palabras.
¿Había escuchado bien?
Ethan no se detuvo, todo lo contrario, continuó moviéndose de forma ondulante, embistiéndola sin parar.
—¡Qué te amo! —dijo con la voz temblorosa mientras trataba de contenerse.
—Y yo te amo a ti, Ethan Whote —contestó entre jadeos y comenzó a contonearse nuevamente, obligándolo a ceder ante el movimiento cadencioso de su cadera.
Aquella batalla corporal era a muerte, uno de los dos debía vencer. Ethan apretó sus glúteos y dejó escapar un grito de placer al mismo tiempo que la llenaba por completo. Mientras Jazmín clavaba sus uñas en sus bíceps sintiendo como él llegaba hasta su útero.
—Te amo con todo el odio de mi corazón —murmuró ella.
Ethan dejó escapar una carcajada al verla estremecerse por completo. Se dejó caer a su lado mientras ella volvía su rostro hacia él sonriendo, exhausta pe