Mundo ficciónIniciar sesiónUna semana teníamos como pareja oficial. Durante una visita, la tía Olivia le insistió a Mariana, delante de mí, en que debía contarle a su querido padre sobre nuestra relación y ella acabó por darle la razón.
—¿No te parece muy pronto para presentaciones y formalismos? —le dije en cuanto la tía nos dejó a solas en la sala, la ratona me observó con intenciones homicidas. Acordamos que ese era el día; aun así, una risa nerviosa se me escapó ante el gesto de Mariana. Mi novia me golpeó el hombro con fuerza antes de sentarse conmigo para realizar la llamada a papito suegro juntos. Yo no estaba muy seguro, de hecho, tuve un extraño presentimiento a lo largo de la mañana, pero, si de verdad quería estar con ella, era lo que tocaba: dar la mejor impresión posible a su adorado padre. Eso me sacaba por enamor






