Punto de Vista Maximiliano
No pare de besar su cuerpo durante toda la noche, su dulce piel, su preciosa espalda, estaba extasiado con la entrega de Madison .
Después de que hicimos el amor en toda la mansión, durante toda la tarde y parte de la noche, nos quedamos dormidos.
Acababa de amanecer, la luz entro por la ventana iluminando la habitación, no pude dormir un minuto más, mi cerebro me jugó una mala pasada, y me desperté demasiado temprano.
Acaricié el cabello de Madison y la mire de arriba abajo, comencé a experimentar la sensación de perdida y de verdad que me dolía demasiado, no la quería perder, juro que no, pero si ella se enteraba de mi trabajo, posiblemente se alejaría de mí.
De solo pensarlo, la piel se me erizaba.
Madison se despertó lentamente, abrió sus ojos, y me esbozó una pequeña sonrisa.
—hm ¿Cómo estás?—preguntó somnolienta
—Mejor ahora que estás despierta mi reina.
Madison se quedó mirándome y dio un quejido.
—¿Que tienes princesa?
—Me duele un poco el cuerpo,