Narrador

Un elegante yate navegaba por las costas de Rockefeller, su estruendoso ruido por poco silenciaba las voces de los presentes.

—¿Cómo te sientes de la lesión en tu nariz? —Manuel le pasó una copa de licor a Samantha y se sentó a su lado.

—Me siento como una mierda, me duele demasiado, pero esto no se va a quedar así, volveré la nariz de Madison pedazos, para que así, Maximiliano sienta el mismo dolor.

Manuel bebió un sorbo grande de licor, y la miró despectivo.

—Los dos estamos heridos, le dimos muchas alas a mi tío, ¿No crees que ya es necesario asesinarlo?

Samantha también bebió de su copa, se levantó de su silla y se recostó sobre el borde del yate, mirando de forma obsesiva el mar.

—¿Matarlo? Eso sería algo tan sencillo por estos tiempos, se me acabaría la diversión, pero perseguirlos, hacerles la vida imposible, eso realmente me excita, me pone los pelos de punta, porque me encanta ver la cara de sufrimiento de Maximiliano.

Manuel se levantó, aun caminaba con cojera