La vida me está resarciendo.
Punto de Vista Madison
Ya eran casi las tres de la madrugada, Leoncito estaba profundo gracias a los medicamentos y cuidados que dispusieron para él en la veterinaria, aun no alcanzaba a imaginar como la maldad de la gente puso al pobre pequeño en la calle sin protección.
Toque la almohada y quede profundamente dormida, esa noche había sido bastante larga, a la mañana siguiente, sentí como una pequeña lengua estaba lamiendo una de mis mejillas, parpadee sintiendo la luz del nuevo día como entraba por mi ventana. Y vi esos hermosos pequeños ojos grises sobre mí, pidiendo comida como si yo fuera su mamá.
—Hola precioso, ya vamos a buscar algo para ti , cariñito —acaricie a Leoncito
Mire el reloj de la mesa de noche, y ya eran las once de la mañana, di un sobresalto, y me levanté al baño, rogaba porque el tío de mi ex no estuviera en casa, baje las escaleras, necesitaba comer algo, y aunque Migdaliano era de mi agrado, debía pedirle el favor a ella.
Un delicioso olor a desayuno calient