Punto de Vista Maximiliano
Madison no dejaba de mirarme angustiada, cada minuto que pasaba se convertía en un verdadero infierno, me preocupaba de sobremanera la salud de mi padre, aunque su enfermedad era terminal y ya no tenía muchas esperanzas de vida, someterlo a un sufrimiento, era algo terrible en su condición.
—Maximiliano, vamos a descansar mi amor, mañana será un nuevo día, la policía tendrá que ayudarnos con el secuestro de tu padre.
Miré a mi amada Madison , la tomé de la mano y le di un beso sobre su dorso, ella acarició mi mejilla.
—Preciosa, ahora no puedo irme a descansar, no sin saber que va a pasarle a mi padre, ve y acuéstate, prometo que soluciono algunas cosas y voy contigo.
Madison se sentó a mi lado.
—Aquí me quedo mi amor, estoy contigo en este proceso Maximiliano, te amo, todo va a salir bien, te lo juro.
Me quede mirándola esperanzado, su inocencia era tan grande, casi como la misma magnitud que su amor, y amaba eso, pero ella debía alejarse de todo lo que