Punto de vista Maximiliano
Era uy temprano en la mañana, la luz entró por el cuarto del hotel, y aunque estaba agotado por lo sucedido el día anterior, mi ansiedad no me permitía conciliar el sueño de la mejor manera, mientras que Madison , como siempre yacía dormida profundamente sobre la almohada, con su boca abierta y sus espesos ronquidos, ¡Hermosa!
Me levanté sigilosamente y me fui hacia la habitación en donde estaba mi padre, él también estaba agotado, ni siquiera supe cuántas noches llevaba sin dormir el pobre mientras estuvo en cautiverio, y por supuesto, yo tenía que dar muchas explicaciones.
Toque dos veces la puerta, la habitación estaba custodiada por varios de mis hombres, por aquello de que Manuel también estaba allí, la rata cobarde sin principios, ¿Cómo le daba la cara a mi padre después de lo que le hizo?
Mi padre abrió la puerta, al verme, su rostro no fue muy expresivo, tan solo me concedió una sonrisa con la comisura de sus labios. Me sentí fatal.
—Buenos días,