Capítulo 8

La cuenta regresiva ha comenzado.

Laurent

Llevamos dos maravillosas semanas con mi cuervito, para todos sólo somos amigos, no quiero que nadie sepa de este desliz, eso sería perjudicial para mi y ella, como la cándida ave me ha aceptado. Le he inventado una historia sobre que mi familia no me permite comprometerme antes de terminar y la carrera y ella cayó redondita.

Me la he follado como he querido, su cuerpo me pertenece por completo y creo que su alma. He pensado en hacer un contrato con ella, se nota que es sumisa por naturaleza, por lo que así podría amarrarla sin ningún problema y tenerla solo para mí.

Nuestros encuentros los hemos tenido en mi departamento y aunque las clases de fin de semestre nos han tenido ocupados y su trabajo en la cafetería le dejan poco tiempo para mí. Hasta el momento jamás se ha quedado una noche y aunque eso no me gusta, lo entiendo. Su relación con Marine es demasiado especial y creo que ama a ese chiquillo que cuida que siento hasta celos de esa relación.

El día de hoy, no la tengo en casa pues debe cumplir con el acuerdo que tiene con su amiga de cuidar a su hijo, lo que me molesta, pero también me hace bien, pues aprovecho de descansar mi cuerpo que está agotado de tanto disfrutarla.

Estoy fumándome un poco de hierva y bebiendo un whisky en la comodidad de mi departamento, he pensado en salir a disfrutar en D****e el día de hoy, pero aún es temprano...

Mi maravilloso día es sacado de foco cuando suena el timbre de mi departamento. Me levanto a duras penas, pues la marihuana está bastante fuerte.

Al abrir la puerta me encuentro con Anna, que viene con su rostro desencajado y con la mirada de haber estado llorando.

—¿Qué te pasa?

—Lau, tenemos que hablar.

—Pues pasa preciosa, pero desde ya te digo que hoy no tengo ánimos de nada.

—Lau... Lo siento, lo siento, perdóname — me dice, mientras vuelve a llorar y no la entiendo, ¿por qué debería perdonarla?—. De verdad lo siento tanto, no estaba en mis planes, nunca lo estuvo, de verdad, Lau. Sé que no quieres casarte conmigo y que lo que te impuso tu abuelo es una treta horrible, pero yo te juro que no sabía nada. Me conoces. — la verdad es que sí la conocía y entendía lo que me estaba diciendo, pero sus palabras tenían otro tono que aún no entendía.

—Anna ¿Me puedes decir qué te pasa?

—Te lo juro que no lo planee, siempre nos habíamos cuidado, salvo la vez que estuvimos en D****e en esa fiesta especial y yo... yo...

—Tú ¿Qué Anna? Habla que no te entiendo.

—Estoy embarazada...

Me lanza la bomba atómica, la suelto del agarre y me siento en el sofá, siento que estoy hiperventilando, debo hablar con Olej, lo que me mandó es muy fuerte, creo que estoy alusinando...

Ya había ideado un plan para salir de la estupidez de la cláusula de mi abuelo y era simple, me casaría con Anna con un acuerdo prematrimonial donde la cláusula principal sería que me diera un hijo en el periodo de un año y luego me divorciaría de ella y tendría a mi cuervito para que cuidara a mi hijo. Si nacía hija se la dejaría a Anna, con una pensión y alegaría que ella no me ha dado un primogénito y la desecharía, pero al parecer mis planes se adelantaron.

—¿cuánto tienes?

—casi tres meses, pero perdóname, no lo hice de adrede.

—Te creo, Anna. Mira quiero que me escuches, ya había decidido casarme contigo de todas maneras. Eres la que está en la cláusula y no voy a perder todo lo que por derecho me pertenece, solo estás adelantando mis planes en unas semanas. Serás mi esposa y mi sumisa como siempre has querido, así que cálmate. Lo único que espero es que ese bebé que llevas en tu vientre sea un varón y para eso tendremos que esperar a su nacimiento.

—Y ¿si no lo es?

—Pues tendremos que buscar una solución, asi que ruega que lo sea.

—Tengo miedo, Lau. Yo no quiero hijos, aún no terminamos nuestras carreras y esto del acuerdo de mi papá con tu abuelo tampoco estaba en mis planes. Queria... Yo queria...

Tomo su mentón con fuerza y la miro a los ojos y le hablo con fuerza.

—Lo que quieras me tiene sin cuidado Anna, ahora llevas al heredero de los Scott y aunque no te guste la idea del matrimonio te has obligado con ese solo hecho, tu vida ahora se atará a la mía por ese ser que llevas en tu vientre y ni se te ocurra hacer algo de lo que te haré arrepentirte de por vida.

Lo hecho, hecho está y Tanto tú como yo salimos ganando con "eso"—le señalo su vientre aún plano y ella me mira con miedo. Cree que no me dí cuenta que vino aquí pidiéndome ayuda para deshacerse de él. No soy tonto, Anna no quiere hijos, pero se aguanta, "eso" que lleva en su vientre es mío y es mi boleto a la libertad de vivir como quiera.

El tiempo se acaba y ahora tendré que adelantar mis planes, deberé hacerle firmar el contrato a mi cuervito y tenerla como mi amante. Sé que ella accederá porque la muy tonta me ama y yo le ofreceré el oro y el moro para mantenerla junto a mí.

—Perdóname Lau...

—No tengo nada que perdonar, chiquita. Ahora desnúdate quiero disfrutar de tí piel con piel, total ya no necesito usar nada.

Anna se levanta y limpia sus lágrimas, me da una sonrisa que parece más una mueca y se desnuda frente a mi, me calienta, pero no tanto como mi cuervito, así que cierro los ojos y pienso en ella mientras me apodero del cuerpo de la incubadora de "mi heredero"

Desde hoy la cuenta regresiva para ser el dueño del imperio Scott ha comenzado...

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