Epílogo del primer acto.
Narradora omnisciente...
—¿Y usted qué mierda hace aquí?— el maldito hombre al ver la cara de su preciada hija no supo qué decir, ¿Cómo le hablabas a una niña que ha perdido a su madre? O peor aún ¿Cómo le decías que eras su padre? En su mente daban vueltas un sinnúmero de ideas, desde llevársela de ahí y esconderla para que nadie la viera hasta enfrentar a su enemigo por la custodia de esa cría que lo miraba con recelo, pero no podía moverse. Había algo que lo detenía...
Los pasos firmes de unos tacones lo sacaron de sus pensamientos, al ver a Marine al lado de su hija ya no tuvo dudas, tanto su bastarda como la amiga estaban vestidas de luto y la carita llorosa de la pequeña denotaba su dolor.
—¿Qué haces aquí Scott? —preguntó Marine, tanto o más molesta que como lo recibió la niña.
—Eso fue lo que le pregunté al papá de Adam, tía, pero el señor se quedó ahí parado sin decir nada—le responde la niña por él frunciendo su ceño.
—Yo... Bueno, yo...— balbuceó el hombre y a penas fue aud