Sus dedos volaban sobre el teclado. En segundos apareció una tabla limpia, elegante, que ya parecía profesional.
Leonela lo observaba fascinada.
—¿Dónde aprendiste a hacer esto?
—En la Universidad —respondió sin pensarlo.
Creó una gráfica de barras animada: cada año aparecía con una transición suave, los colores corporativos del Consorcio. Luego añadió líneas de tendencia, un par de slicers elegantes y un dashboard que parecía sacado de una revista de negocios.
Leonela abrió la boca, impresionada.
—Esto es… obscenamente funcional y hermoso.
—Samara Poett odia los números toscos. Quiere sentir que está invirtiendo en algo que ya parece ganador.
Añadió un último detalle: una pequeña animación donde la barra del último año se disparaba hacia arriba con un efecto de brillo sutil.
—Mañana vas a entrar ahí y los vas a dejar mudos —murmuró contra su cabello.
El aroma a lavanda seca flotaba en el aire quieto, absorbiendo secretos en sus paredes blanqueadas, mientras una brisa ligera mecía las