Cuando Víctor se acerca y está a punto de decir algo, Rodrigo Ferraz aparece, acercándose a las dos mujeres con una sonrisa discreta.
— Marina, qué sorpresa encontrarte por aquí — saluda Rodrigo, lanzando una mirada de soslayo a Andressa, quien de inmediato baja la vista, como si quisiera desaparecer.
— Confieso que no suelo frecuentar lugares como este — responde Marina, algo incómoda por estar allí, especialmente en presencia de Víctor, que parece visiblemente molesto por su presencia. — Mi amiga me invitó — explica Marina, dirigiendo la mirada hacia Andressa, que parece cada vez más nerviosa en compañía de los dos hermanos. — Estos son Rodrigo y Víctor Ferraz. Trabajo en la empresa de ellos — añade, notando la mirada de sorpresa que Andressa lanza al escuchar esa revelación.
— Buenas noches, señores — murmura Andressa con voz baja, claramente incómoda, frente a los dos hombres.
Víctor, que hasta entonces se mantenía en silencio, finalmente habla con un tono seco y malhumorado.
— Si