Joana regresa a la mesa, intentando mantener la compostura y disimular la tensión que siente. En cuanto se sienta, Rodrigo la observa atentamente, buscando señales de algún avance en la conversación con Víctor.
— ¿Y entonces, conseguiste algo? —pregunta, esperanzado, mientras nota la expresión preocupada de su madre.
Joana suspira con la mirada distante mientras organiza sus propios pensamientos antes de responder.
— Víctor está nervioso —dice ella, intentando elegir las palabras correctas—. Y parece que el motivo es bastante específico. Yo diría que se trata de una mujer.
Rodrigo frunce el ceño, intrigado. Piensa en las posibilidades, recordando los acontecimientos recientes y los días que su hermano pasó en Río de Janeiro.
— ¿Una mujer? —repite, reflexionando y comenzando a sonreír—. ¿De verdad crees que Víctor se pondría así por una mujer?
— Quizás tenga a alguien en mente y no quiera contarnos, sobre todo después de haberlo presionado hace un momento.
— Lo dudo mucho —responde Rod