El clima pesado que se instala en la mesa deja a todos desconcertados, con miradas cruzando el espacio, revelando la incomodidad que nadie sabe cómo disipar. El silencio es espeso, casi palpable. Joana, al percibir que Víctor está dejando sus sentimientos demasiado expuestos, decide intervenir. Se levanta con elegancia, pide disculpas a los presentes y anuncia con voz firme:
— Voy a hablar con Víctor. Vuelvo en breve.
Rodrigo frunce el ceño al ver a su madre salir de allí, claramente preocupado por el comportamiento de su hermano.
— ¿Qué está pasando con él? —pregunta, sintiendo una mezcla de inquietud y curiosidad.
Xavier permanece en silencio, con los ojos fijos en el plato, como si el mundo a su alrededor se hubiera desvanecido. Es un hombre experimentado, que ya enfrentó situaciones delicadas en la vida, y percibió cada indirecta que Víctor le lanzó, aunque los demás no se dieran cuenta.
— Mencionaste que el caso en Río de Janeiro era bastante complejo e incluso peligroso, quizá s