La joven nunca imaginó que ese hombre se presentará en su humilde hogar a causar daño o escándalo, pero al parecer estaba decidido a desgraciarle la vida con tal de conseguir lo que sus bajos instintos quiere saciar. Ella no olvida que en el pasado él solo la quería seducir por una apuesta. Quien se coge a la gorda. Y después de lograr su capricho, la expondría a sus amigos, compañeros de fechorías como un trofeo, una marca para gloriarse con sus perversas acciones.
Ella lo descubrió al saber por una de las chicas que él había usado y luego la botó como si se tratara de un objeto inservible. De inmediato puso distancia entre los dos. Lo odiaba y lo despreciaba, porque él solo respiraba pura maldad.
Karen sostuvo su mirada, pero ella sintió cómo los ojos de aquel hombre recorrían su cuerpo de una manera indecente, despertando en ella un oleaje de asco y desagrado que invadió el cuerpo de la joven. Aquella mirada llena de perversidad la hizo tensarse. Ella está sola en la casa y para c