Gabriel se encuentra en su oficina terminando de organizar los documentos y los contratos laborales. La cantidad exorbitante de irregularidades lo tienen enfadado debido al abuso laboral que está cometiendo Deyanira, un punto más para sacarla de su empresa, sin mencionar la disputa que tuvo con Karen. Ella se marchó, dejándole un mal sabor en su boca y un intenso deseo de someter a la joven a sus caprichos. Nadie en su vida lo enfrentó con tal fortaleza como lo hizo aquella joven. Todas caían rendidas ante sus pies y solo bastaba una palabra y las chicas harían lo que deseaba, pero está solo lo mira con arrogancia y le sostiene la mirada con un aire de superioridad.
Sabe que, si la quiere tener en su vida y conseguir ese hijo, tiene que esforzarse mucho y por eso ha pensado en acosarla hasta que ella lo busque y así mantenerla a su lado.
La puerta de cristal se abrió de par en par para dejar entrar a una bella mujer.
Aún estaba sonriendo en sus maquiavélicos planes en contra de su bel