Celia no cabe de felicidad por la pregunta que le hizo Gabriel en la oficina, de que sí tenía novio. Ella se imagina que él está interesado y pensaba en tener una relación. Y con esta felicidad llegó a la oficina y quedó bajo la tensa mirada de Deyanira.
Los ojos de Deyanira la miran perspicaz y le molesta tanta felicidad.
— ¿A qué se debe tanta alegría? — le preguntó la rubia.
La joven no pudo disimular y sonrió de oreja a oreja.
—Al parecer, tu plan de que el Ceo se enamore de mí, está funcionado— casi gritó de la misma emoción.
— ¿En serio? ¿Qué te hace pensar eso? —. La mujer solo mira los documentos y con fuerza aprieta el lapicero que sostiene en su mano para controlar su ira debido a los celos que siente de que otra mujer esté robando la atención que cree debe ser solo para ella.
Ella, emocionada con lujos de detalle, le contó todo lo que había pasado en la oficina y que Gabriel ahora quería tener una relación entre ella.
La bella rubia de inmediato sintió que todas las tripas