En Melbourne, Victoria, comienza los ajetreos de la vida empresarial y cada día los contratos y los trabajos están muy movidos para esa época. Muchas personas piensan que dirigir una empresa es fácil y no requiere de tiempo o esfuerzo alguno, sin embargo, no es lo que piensa la joven que está en la zona presidencial donde está a punto de arrancarse los cabellos para poder controlar su ansiedad y los nervioso. Tiene miedo de que se pierda un contrato muy enriquecedor, pero para llevarlo a cabo, es necesario la firma del dueño legítimo.
Sin saber que el dueño se encuentra en la recepción teniendo un enfrentamiento con la mujer que solo quiere destruir.
En la recepción los ojos oscuros de Gabriel Cooper observaron a aquella mujer altanera y por ende maleducada. En silencio caminó hacia la puerta que le señalaban con una mano pulcramente arreglada.
—Le voy a hacer pagar bien caro esta grosería señorita...
La joven simplemente se cruzó de brazo y lo miró con desprecio.
—Soy Karen Bonilla p