Naomi.
Me puse delante de mi hijo para cuidarlo, no iba a permitir que le tocaran un solo pelo.
Antes de que Malena se fuera, yo agarré mi arma y la escondí en el bolsillo trasero de mi pantalón.
—Quítate —ordenó el hombre, furioso.
Sus cejas estaban inclinadas y un solo empujón con su gruesa mano bastó para tirarme al suelo. Sentí que mi cuerpo se estremeció por dentro al chocar con la cuna de mi hijo.
—¡Mami! —Rowan corrió hacia mí, pero fue demasiado tarde.
El beta sacó una especie de pistola extraña que disparó una red. Rowan se tropezó en el camino y fue atrapado como un animal.
Mis labios temblaron al ver que esa red empezó a brillar con fuerza y provocó que mi bebé se debilitara, pude sentirlo en mi interior.
—M-mami… —balbuceó, sin fuerzas.
—¡¿Qué le has hecho?! —exclamé, llena de horror en mi expresión.
Me levanté con dificultad para tratar de liberarlo, pero al tocar la red, una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo y me obligó a retroceder de nuevo.
Creí qu