Silas.
Naomi bajó y sacó mi miembro con su mano, fue una sensación exquisita, me picó cada parte de la piel cuando su mano frotó mi zona más sensible.
Esa mirada que me lanzó, solo hizo que me prendiera más de lo que estaba. El calor en mis mejillas era infernal, y mi pene erecto ansiaba entrar en su boca.
—N-Naomi, N-no hace…
Ni siquiera pude formular bien una oración. Los nervios los tenía a flor de piel porque sería la primera vez que ella me haría un oral. ¿Cómo no iba a estar nervioso al tratarse del amor de mi vida?
Jadeé cuando me calló con un: shh.
Alzó una ceja, viéndose juguetona, y lamió la punta de mi miembro con suma delicadeza.
—Quiero que tú también disfrutes de lo que te hago… —susurró, su aliento chocó con mi tronco.
Apreté la mandíbula con fuerza, el hormigueo en mi cuerpo no cesaba y cuando Naomi introdujo gran parte de mi miembro en su boca, creí que iba a explotar.
Agarré su cabeza por mi cuenta y la ayudé a moverse, quería que me comiera todo, ni siquier