—Me tomará unos días determinar la ubicación exacta desde donde se envían los mensajes —explicó Nerea en inglés, como le había pedido Teo. Su acento italiano era bastante marcado—. Aunque eso no servirá por sí solo para descubrir al responsable, porque podrían estar mandándolos desde distintos puntos; por eso lo que intentaré es identificar al titular del teléfono. Necesitaré que Hannah instale un sistema en su celular: así podré trabajar de forma remota, revisar el tráfico de datos y, si llega otro mensaje, rastrear su origen.
—¿Y si la persona no vuelve a enviar nada? —preguntó Teo.
—No creo que sea el caso —respondió Nerea—, pero si lo fuera, usaré otros métodos. Cosas que no tienes por qué saber. Solo que entonces me llevará un poco más de tiempo. ¿Sigue Hannah allí?
—Sí —dijo Hannah; había permanecido en silencio, escuchando la conversación en por el altavoz.
—Hannah, te voy a enviar un archivo ahora. Instálalo en tan pronto como puedas —indicó la prima de Teo—. Debes saber que