Emilia Harper, conocida por su familia y amigos como Milly, cada día lucha por superar una trágica experiencia ocho años atrás y que la marcó para toda la vida, por ello, se entrega a su trabajo como agente del FBI, intentando evitar que más mujeres pasen por lo mismo que ella sufrió. Nathan Blake, a sus 32 años ha logrado llegar a ser un destacado detective del FBI, odia las injusticias y tiene muy claros sus objetivos en la vida, ver a todos los criminales tras las rejas; pero con la llegada de Emilia a su equipo, se desestabiliza su rutina. Esa joven, determinada, lo hace dudar del orden en sus prioridades, porque tal vez, no todo en la vida es solamente trabajar.
Leer másSi leíste Sumisa por accidente, ahí conociste un poco de Milly y ahora, te invito a leer su historia, espero que la disfrutes.
De antemano les agradezco el apoyo ?
Un día a la vez, es una novela escrita por Dannya Menchaca.
(DannyaRent) registrada en SafeCreative bajo el código: 2304124037200
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Me despierto asustada y empapada en sudor, enciendo la lámpara de mi mesa de noche y veo que estoy en mi habitación; el corazón se me quiere salir del pecho y hago varias respiraciones tratando de calmarme.
Observo el reloj y me doy cuenta que son las 3:30 de la mañana.
Bufo con frustración, otro día sin dormir lo suficiente. Me levanto para ir a la cocina, pongo agua para prepararme un té y me siento a esperarlo.
Hace ocho años, que Arya Anderson, agente de la DEA, me rescató de la casa de Massimo, con la ayuda de Enzo y el FBI. Aunque no he dejado de ir a terapia desde entonces, a veces tengo sueños en los que revivo golpes sobre mi cuerpo; no estuve consciente en el transcurso de mi secuestro, pero en mis pesadillas aparecen ciertas cosas que estoy segura que sucedieron, sobre todo, recordar la voz de Massimo diciéndome, te amo, repetidas veces, eso siempre me provoca náuseas y una horrible opresión en el estómago.
Conocí a Massimo en un antro al que me invitaron algunas amigas del colegio, parece que estaba ahí celebrando algo de sus negocios, y aunque en un principio me pareció mayor, poco a poco me agradó su forma de ser; era caballeroso y muy guapo, no puedo negar que me atraía su personalidad, por desgracia, supo enredarme demasiado bien.
Mi padre y Enzo siempre han sido un poco estrictos conmigo, pero como toda joven, pensaba que eran demasiado aprensivos y estaban exagerando en sus cuidados, así que confíe demasiado en Massimo pensando que sentía algo por mí.
Hasta que un día, me propuso tener relaciones, accedí y por alguna, razón me dio un poco de miedo la manera en que me besaba y me tocaba; no era cariñoso, parecía poseído y agresivo, así que asustada, lo detuve. Ese día se molestó demasiado, me insultó diciéndome que era una inexperta y dijo que no nos volveríamos a ver.
A los pocos días, lo encontré esperándome a la salida del colegio y me invitó a comer.
Lo único que puedo recordar, es que llegamos a un bar y me ofreció un coctel especial para limar asperezas.
Desde ese día no recuerdo nada, hasta que desperté en un hospital después de unos meses; mi padre y Enzo estaban a mi lado. Fueron momentos muy difíciles intentando entender todo lo que había sucedido, obviamente tuve que dar declaraciones y algunas de las marcas que tengo en la espalda y en el abdomen, son pruebas de lo que me hacían.
Tuve una recuperación rápida gracias a que no recordaba y sigo sin recordar, pero algo complicada, ya que al estar drogada todo el tiempo, mi cuerpo a veces extraña esa sensación y en algunas ocasiones tengo temblores de abstinencia.
Conocer a Arya fue una bendición, Enzo me contó todo lo que se arriesgó para rescatarme, me contó que habían tenido una relación, pero, por desgracia, se habían separado, yo sabía que él la seguía amando, ya que lo veía sufrir demasiado, aunque intentaba ocultarlo, nunca lo había visto así y era muy doloroso para todos, se volvió mucho más gruñón.
Al poco tiempo, Arya tuvo un accidente y aunque fue algo delicado, gracias a eso, se reconciliaron y ella se fue a Rusia con Enzo para su recuperación.
Si ya sabía que era una mujer muy especial, conocerla me lo confirmó, de hecho hablar con ella y verla tan fuerte, me dio muchos ánimos para salir adelante.
En un principio pensaba estudiar para maestra, pero, cuando vi el trabajo que hacía Arya, me decidí a estudiar para entrar al FBI.
Arya me ayudó y estuve estudiando en Washington, ella y Benji trabajan para la DEA y aunque estaba en duda al tomar una decisión sobre mis estudios, me decidí por el FBI, porque ahí, puedo ayudar a muchas mujeres que están pasando por lo que me pasó a mí.
Me especialicé en delitos cibernéticos, ya que últimamente es la manera en la que están trabajando en su mayoría las redes de todo tipo.
Preparo mi té y empiezo a tomarlo dando pequeños sorbos. Estuve trabajando en las oficinas de Washington hasta hace unos meses, ahora por fin me dieron la oportunidad de trabajar con un equipo y aquí estoy, en Florida; llegué hace unas semanas, y hoy, me presentaré con mi nuevo jefe, Nathan Blake.
Estoy nerviosa, pero muy entusiasmada, sé que no es lo mismo trabajar solo en una oficina, a estar involucrada en los casos de lleno, pero me he preparado mucho y espero llegar a ser una buena agente, como Arya, que la admiro demasiado.
Termino mi té y después me doy una ducha, mi uniforme es un pantalón azul marino y una blusa de mismo color con el logotipo de FBI en la espalda y al frente tiene mi apellido, Harper.
Mi padre trabaja para Enzo Románov desde que yo tenía cinco años, después de que mi madre falleciera de un infarto fulminante, vivíamos en Texas y viajábamos constantemente a Rusia, hasta qué pasó mi desgracia.
Mi teléfono suena y sonrío al ver que es Enzo.
—Hola, Enzo —lo saludo.
—¿Todo bien? —pregunta de inmediato.
Enzo es como un hermano para mí, gracias a que él y mi padre no desistieron en mi búsqueda, Arya logró rescatarme.
—Sí, en unos minutos voy a presentarme con mi nuevo jefe —respondo.
—¿Quieres que hable con él?
—¡Enzo! —exclamo—. No quiero que piensen que estoy aquí por ustedes.
—No estás allá por nosotros —replica.
—Lo sé, pero las personas que saben que Arya es de mi familia, me tratan diferente.
—No digas tonterías —me recrimina—. Pero si ese Blake te hace algo, me llamas y yo mismo lo pongo en su lugar.
—¡Enzo! —escucho a Arya recriminarlo.
—Milaya, tú has escuchado la reputación de ese hombre —le contesta Enzo.
—Sí, y también escuché la tuya, y mírame aquí por más de ocho años.
—No es lo mismo —se justifica.
—Enzo —lo interrumpo—. Me tengo que ir a trabajar.
—Está bien, pero si algo pasa con ese Blake, me llamas y yo mismo…
—Nada va a pasar —lo interrumpo—. Dale un beso a mis niños.
—Lo haré, suerte y no dejes de avisarnos cómo te fue.
—Está bien, gracias.
Nos despedimos y guardo el teléfono en el bolsillo de mi pantalón.
Salgo del apartamento y me extraña escuchar música country a todo volumen en el apartamento que está frente al mío, sonrío pensando que tal vez vive un vaquero de esos que salen en las películas de cowboys y ahora tengo mucha curiosidad por conocerlo.
Mi padre me regaló un mini cooper azul, el día que me mudé a Florida, y aunque Enzo insistía en que viviera en uno de sus apartamentos, no acepté, sé que lo hace con buena intención, pero necesito valerme por mí misma.
Tengo la suerte de ganar lo suficiente para hacerme cargo de mis propios gastos y me enamoré de este apartamento en cuanto lo vi, está cerca de la playa y no muy lejos de las oficinas en las que voy a trabajar: es sencillo, tienes dos habitaciones, dos baños, cocina y comedor amplios, la sala tiene una preciosa vista al mar que me relaja demasiado.
Irina, la esposa de mi padre, me ayudó con la decoración, mezclamos algunos colores y me encantó el resultado.
La sala es amarilla con cojines de colores, las paredes las dejamos blancas y la cocina tiene los muebles beige. Irina dice que mi nueva vida tiene que estar llena de colores que me alegren los días, y tiene razón, no quiero más sombras oscuras en mi vida después de lo que he pasado.
Me subo al elevador ya que vivo en el sexto piso y bajo al estacionamiento.
Llevo mi mano al dije que me regaló mi padre cuando me gradué, es una llave. Me dijo que ahora yo tenía el poder de cerrar o abrir las puertas que quisiera en mi vida.
“Un día a la vez, Milly” me repito y tomo aire antes de subirme al coche.
Enciendo el coche y cuando estoy por arrancarme, un enorme Jeep Gladeador muy moderno en color negro, pasa frente a mí y sale patinando del estacionamiento.
Pongo los ojos en blanco, imaginando a algún idiota presumido, muy probablemente hijo de papi, que se cree el dueño del mundo.
Salgo del estacionamiento y conduzco a las oficinas del FBI, son oficinas privadas, ya que desde ahí se trabaja por medio de las computadoras.
Llego y siento que el corazón se me saldrá del pecho, siempre que tengo que ir a un lugar nuevo siento una ligera opresión en el estómago, mi psicóloga dice que es normal, por lo qué pasé.
Alejo todos los pensamientos negativos y me bajo para entrar a las oficinas.
El edificio es de tres plantas, en la recepción encuentro a un chico que al mirarme me sonríe amable.
—Buenos días —saludo acercándome.
—Buenos días —responde—. ¿En qué te puedo ayudar?
—Estoy buscando al detective Nathan Blake.
Abre los ojos sorprendido y me mira de pies a cabeza, deteniendo su mirada en el nombre de mi blusa.
—¿Eres la chica nueva? —me interroga.
—Creo que sí —respondo—. Emilia Harper —me presento.
—Un placer, soy Dario —se presenta dándome la mano—. Te deseo mucha suerte con Blake, es insoportable —me advierte poniendo los ojos en blanco.
Me quedo en silencio y después me sonríe, por lo que no sé si estaba bromeando o hablaba en serio.
—Ve por el pasillo y da vuelta a la izquierda antes de llegar a las escaleras encontrarás una puerta gris —explica.
—Gracias, Dario.
Sigo las indicaciones, en la puerta hay una cerradura electrónica y toco el timbre.
—¿Si? —escucho la voz de una mujer.
—Estoy buscando al detective Nathan Blake.
—Adelante —responde y en eso escucho que la puerta se abre.
Al entrar, me sorprendo ante toda la tecnología que tienen aquí, es una habitación muy grande y pantallas enormes rodean las paredes.
—Hola, bienvenida Harper —me saluda.
—Hola —saludo.
—Soy Dania Martínez —se presenta—. Él chico de las gafas es Jang —lo señala—, nuestro cerebrito, el otro chico de allá —señala a un hombre robusto que está en una computadora—, es Hammer, literalmente el martillo del grupo —sonríe—. Aquella mujer tan seria —señala a una mujer un poco mayor que ni siquiera me mira—, es Yurem.
—Un placer —les digo a todos saludando con la mano y los chicos me sonríen, mientras Yurem me ignora.
—¡Espero que ya estén trabajando! —grita un hombre saliendo de lo que parece ser una oficina, tiene una taza de café en las manos y parece molesto.
Mitchell…Salgo de la cabaña y no sé cómo me siento ante la declaración de Johan, estoy segura que siento algo especial por él, pero ¿estoy lista para tener una nueva relación?Mi cabeza da vueltas imaginando demasiadas cosas, entro a la casa y voy directamente a mi habitación, me dejo caer en la cama y cierro los ojos. A mi mente vienen los recuerdos de todo lo que he pasado con Johan y eso me hace sentir culpable, antes siempre recordaba a Drew y ahora…Me pongo de pie furiosa, sé que él se fue hace tiempo, pero siento que lo estoy traicionando al enamorarme de Johan, porque no puedo negarlo, lo amo con todo mi corazón.Me quito la ropa y me acomodo en la cama, estoy demasiado inquieta y no logro dormir nada, cuando menos lo espero está sonando la alarma de mi teléfono. Me doy una ducha y me cambio para ir a despertar a Ian.—Buenos días, pequeño —digo abriendo las cortinas de su habitación, para que entre la luz del sol.—Hola, mami —da un salto de la cama y me abraza—. ¿Está tarde
Johan…Cuando llegué a este rancho, jamás me imaginé que tendría el mejor sexo de mi vida, nada más y nada menos que con la mujer que me odia desde el primer día que llegué o desde antes, no estoy seguro. Esa chica de cabello castaño hasta la cintura, ojos oscuros y profundos, con esos labios gruesos y dulces, además de ese cuerpo con hermosas curvas que estoy ansioso por volver a recorrer con mis labios, me volvió loco.Tan solo de recordarlo, me pongo duro de nuevo, no puedo negar que es una chica muy sensual y estar en su interior es la sensación más abrumadora que he experimentado.Al salir de la habitación para ir a buscarla, porque necesitaba verla de nuevo, me la encuentro asustada y nerviosa, ya que al parecer Ian está algo indispuesto en la escuela.Me ofrezco a acompañarla y aunque lo piensa, accede.—Ian va a estar bien —intento tranquilizarla ,mientras conduce.—Él nunca se enferma —dice nerviosa.Tomo su mano y la presiono, después de varios minutos nos detenemos frente a
Mitchell…—No puedo creer que te comportaras de la manera que lo hiciste —me recrimina mi padre, cuando entro a la cocina por la mañana.—Papá, no me di cuenta que estaba detrás de mí —me justifico.—No es solo eso, ni siquiera te disculpaste —bufa.—¿Mamá? —digo pidiendo su ayuda y ella niega.—A mi no me mires, te portaste mal y debes pedir una disculpa.Gruño furiosa, aunque sé que tienen razón.—De ahora en adelante, tú le llevarás la comida a la habitación a Johan.—¡Papá! —exclamo—. No soy una niña para que me castigues.—Precisamente, no lo eres, por eso vas a hacerlo amablemente y vas a demostrar que en este hotel, todos somos educados.—Está bien —accedo.—¿Ian ya está en el colegio? —pregunta mi madre y asiento.—Aquí tienes el desayuno, espero que seas amable en está ocasión —advierte mi padre.Tomo la charola con un desayuno completo y camino a la cabaña en la que se hospeda el presumido ese, sí solo faltó que me mandaran al campo a traer flores para acompañar su desayuno.
Johan…Es el primer verano en mucho tiempo que puedo descansar, han sido unos meses muy agotadores entre giras y conciertos.Soy cantante de música country, y por alguna extraña razón, me hice famoso, aún sigo pensando en cómo fue que sucedió esto, ya que odio las aglomeraciones y sobre todo, ser el centro de atención.—Johan, ¿qué piensas hacer en tus vacaciones? —me pregunta Roberta, mi representante.—Esconderme en algún lugar remoto donde nadie me conozca —gruño.—Eso es complicado —replica—. No hay nadie que no conozca al famoso Johan Brooks.Abro mi computadora y empiezo a buscar lugares en los que pueda descansar sin el ruido de la ciudad. Vivo en Las Vegas y en esta temporada, está peor de caótica.Encuentro un hotel de descanso a tres horas de San Antonio, llamado Blake Creek Ranch, reviso las fotografías y me gusta lo que veo, creo que es lo que necesito. Alquilo una cabaña por dos meses y ya veré, si no estoy cómodo, regresaré antes, los planes son tomarme al menos seis mese
Nathan… Mañana es nuestro aniversario, cumplimos tres años de matrimonio. Han pasado muchas cosas en este tiempo, estoy más feliz y enamorado que nunca. Hemos logrado desmantelar más casos de los que alguna vez me hubiera imaginado, Milly y yo seguimos teniendo algunas discusiones por lo mucho que se expone, pero confío en ella plenamente ya que sabe hacer muy bien su trabajo, aunque eso no impide que me preocupe la mayor parte del tiempo. Dania y Bartice tienen una pequeña llamada, Violeta, que los tiene vueltos locos, sobre todo a Azari, que está estudiando para seguir los pasos de su padre, ella y Mirta, la hija de mayor Benji, están siempre en comunicación, se hicieron muy buenas amigas, así como los gemelos e Ian, que se hablan muy seguido por videollamada; además que a la familia de Enzo le gustó tanto el rancho que ya han viajado en otras ocasiones a pasar algunas temporadas, intentamos acomodar nuestros días de descanso para disfrutar tiempo en familia. Nuestra ahijada, la
*La historia corta de esta parejita, la encuentran al final de esta historia*Johan…Han pasado algunos meses desde la boda de Nathan, no puedo negar que soy feliz con Mitchell, es una mujer increíble y adoro a Ian, pero, estoy ansioso por formar una familia, quiero casarme y que tengamos nuestro propio hogar. Lo malo, es que cada vez que hablo con ella de ese tema, hace lo posible por cambiar la conversación y eso me desanima. Mi teléfono suena y me sorprendo al ver una llamada de mi hermana. —Hola, hermanita, ¿cómo estás?—Hola, Johan, tenía tiempo sin saber de ti y me tenías preocupada. —Estoy bien, sigo en el rancho con Mitchell —le informo, cuando decidimos darnos una oportunidad la llamé para darle la noticia.—¿Cuándo piensan casarse? —me interroga—, quiero asistir a la boda de mi único hermano. —Lo primero que necesitamos, es que ella acepte y la verdad no la noto muy convencida. —¿Por qué? —indaga. —No lo sé, me demuestra que me quiere, pero tocar el tema de la boda la p
Último capítulo