Por Gonzalo
Me acerco a ella, desesperado, necesito que me entienda, creo que mi plan va a funcionar.
La agarro de los hombros, con ambas manos, pero teniéndola cerca, el agarre se transforma en un abrazo.
Que profundo es el amor que siento por ella y ni me di cuenta.
Sin embargo ella no parecía la misma.
-¿Salís con el productor?
No puedo evitar sentir celos.
-¿De qué hablás?
-Te comía con la mirada y vos le sonreías.
-El adiós me lo dijiste vos.
-¿Es tu pareja?
Insisto y esa duda me está carcomiendo desde hace varios días.
Con él llegó al restaurante, con él está todos los días, vi cómo la miraba y ella le sonreía.
Mientras que a mí nadie me volvió a sonreír así, aunque lo que deseo es que ella sea la que me sonría y solo a mí.
La beso, sé que estoy forzando el beso, aunque cuando lo hago la siento temblar, busco su cuerpo por debajo de la ropa, todo el enfado y el agobio que tengo porque ella le dedica su sonrisa a ese desgraciado, desaparecen cuando siento su piel.
Mis manos se de