Sonia aparece en la entrada de la sala de conferencias. Todas las cámaras se centran en ella y, con una sonrisa, comienza a caminar hasta donde estamos nosotros.
—Se le vio muy pegada a tu amigo Lorenzo. ¿Quién diría? —No podía evitar sentir ciertos celos cuando Sonia menciona su cercanía, pero intento controlarme.
—Tú no deberías estar aquí.
—Si vas a hablar de mí, prefiero estar presente y que no termines diciendo sandeces.
—Pero si tú corriste a dar entrevistas a todos los medios y ni siquiera te tomaste la tarea de decirme.
—Eso no importa. —Ella se acerca a Daniela, como intentando intimidarla, pero esta no se deja. Da un paso hacia adelante mientras su mirada se vuelve completamente seria y alerta.
—¡Vaya! Pasaste de ser la chica tímida con carita de "yo no rompo un plato" a aparentar ser una chica valiente que se ganó la lotería dándole un hijo a un millonario.
—No hables de esa forma, que tú sabes perfectamente cómo terminaron las cosas así —dice Daniela con la voz cargada de