DANIELA MOLINA
Esa voz… de solo escucharla me causaba repulsión. Tenía enfrente mío a una de las responsables de la muerte de mi bebé. Ella, junto con Mariano, fueron partícipes de mi secuestro. La mano de Lucas agarra la mía, intentando calmarme, así que intento relajar mi cuerpo.
—Se ven bien —dice esta, sentándose con total tranquilidad.
—No puedo creer que te veas tan tranquila luego del daño que causaste —hablé, controlando el tono de mi voz. No quería perder los estribos, pero la muy desgraciada se ríe.
—Yo no fui la que mató a tu bastarda.
Cuando me iba a lanzar sobre ella, Lucas me detiene.
—Tranquila, te está provocando —escucho la risa de Sonia.
—¿Sabes algo, Lucas? Nunca te amé. Solo fuiste un medio para llegar a un fin. Todo iba a ser perfecto si no se te hubiera metido en la cabeza la idea de ser padres. ¿Para qué tener un hijo? Eso solo arruinaría mi vida —noto cómo Lucas se tensa, pero no dice nada—. Lorenzo les hizo un favor.
—¡BASTA! —grita Lucas, ya saliéndose de sus