Capítulo 91
Nara estaba entrando en el edificio donde Marco había comprado aquel departamento exclusivo para sus encuentros secretos. Tenía la llave en la mano y la respiración contenida, como si cada paso que daba fuese una cadena más que aceptaba en aquel acuerdo peligroso. Estaba a punto de subir al ascensor cuando sonó su teléfono.
El número del hospital apareció en la pantalla.
El corazón se le detuvo un instante. Contestó sin dudar, y al escuchar que era el contacto de emergencia de Lina, el pánico le recorrió la piel como hielo.
–¿Qué le pasó? –preguntó con voz temblorosa.
–Un accidente de tráfico. La paciente ya está en el hospital. Necesitamos que venga lo antes posible.
Nara no pensó en nada más. Corrió hacia su auto nuevo, lo encendió con brusquedad y salió a toda velocidad. Ni siquiera se dio cuenta de que, unos metros detrás de ella, Marco la observaba con el ceño fruncido. Había visto su prisa repentina y, con el instinto de un depredador que no soportaba perder de