Capítulo 90
Lina vio llegar a Nara a la oficina de Leo. La expresión en el rostro de su hermano era demasiado sombría, sus labios apretados con furia y el ceño fruncido con tal intensidad que parecía una sombra acechando sobre todos en la empresa. Lina no quería que Nara enfrentara esa tormenta en ese instante, así que salió a recibirla antes de que él la viera.
—¿Ya todo está resuelto? —preguntó Nara apenas la tuvo cerca, con los ojos llenos de ansiedad.
Lina asintió con calma fingida.
—Así es, aunque Leo está muy molesto. ¿Qué está sucediendo entre ustedes, Nara? Creí que Marco lo había atacado sin motivo, pero ahora… ahora parece que no fue tan simple.
El silencio de Nara pesó más que cualquier respuesta. No quería decirlo, no quería exponer la vergüenza de sus decisiones, pero sabía que ocultárselo a Lina era inútil. Inspiró hondo, contuvo el temblor en su pecho y habló con firmeza:
—Acompáñame al centro comercial. —Le mostró la tarjeta negra que Marco le había entregado—. N