Capítulo 44
Neida deposita la bandeja en la mesa de centro de la oficina, bajo la atenta mirada de los hombres que se quedaron en silencio cuando ella entró. Lleva la taza de café primero a Darío, luego toma la taza de Marco y camina hacia él con una sonrisa coqueta. De forma intencionada, roza su mano al entregarle el café.
Marco ya había agotado la poca paciencia que tenía para esta mujer. Si actuaba de forma tan descarada frente a él una vez más, acabaría asesinándola.
– ¿Qué crees que estás haciendo? Esto es una empresa, yo soy tu jefe, y lo que estás haciendo se llama acoso –la regañó severamente–. No me interesa si quieres escalar socialmente, si consigues que alguno de mis socios se fije en ti, tu problema. Pero venir a mi oficina a actuar de esta forma es demasiado descarado de tu parte.
Darío contiene la risa; la cara que tiene Neida en este momento es de sorpresa absoluta. Después de lo que había sucedido en la recepción la última vez, ella estaba completamente segura de qu