Capítulo 100
Lina se sentía lo suficientemente recuperada, por eso pidió su alta voluntaria del hospital en cuanto Nara la llamó para decirle que iba con Marco a registrar su matrimonio. No podía permitir que su hermana diera un paso tan importante sin que ella estuviera presente. Leo, al enterarse, había montado en cólera y desaparecido sin dejar rastro, por lo que Lina no tuvo más opción que planear tomar un taxi hasta la oficina del notario.
Al salir por la puerta principal del hospital, un auto se detuvo frente a ella. No necesitó que el cristal bajara: sabía que se trataba de Dario. Su pecho se contrajo, la rabia y el dolor le recorrieron la piel como agujas. Dio un paso atrás, dispuesta a marcharse por otro camino, pero Dario descendió del coche con rapidez.
—No seas terca —le dijo con voz firme—. Sube y yo te llevo.
—No quiero tener nada que ver contigo. —La voz de Lina tembló, pero intentó sonar dura—. Si creíste que podías recuperar tu inversión, estás malditamente equivocado