—Jack, no estoy de acuerdo con esa idea de Lis de ninguna manera. Pero, lamentablemente, es algo que ella desea mucho y, conociendo a mi hermana como la conozco, sé que nunca hará lo contrario. Porque cuando quiere algo, tiene que ser eso y no hay quien le saque la idea de la cabeza. Lis siente que le falta algo. Durante esta última semana, es precisamente la idea de poder quedar embarazada de nuevo y tener el consuelo de escuchar un llanto todos los días. Para ella, ahora es muy importante ese bebé. Es algo que transformará su vida, y no sé si aceptará muy bien mi opinión. Yo misma no quise ni meterme, ¿sabes? Sí, me habló de eso, pero aunque me preguntó qué pensaba, me mantuve neutral. Hasta pensé que sería algo pasajero y que pronto desistiría de la idea. Pero por lo que veo, con tu visita aquí, me doy cuenta de que en realidad está muy convencida de lo que quiere.
—No sabes lo que ha sido prácticamente un infierno estos días. Lis está todo el tiempo agotándome la paciencia, dicien