Eliza
—Necesito casarme.
Volví a parpadear, incrédula. —¿Perdón?
—Mi familia lleva años presionándome para que siente cabeza. Tengo treinta y cinco años, y no me hago más joven.
Se acercó de nuevo, pero no demasiado. Solo lo suficiente para que toda mi piel se estremeciera.
—He conocido a muchas mujeres: modelos, actrices, herederas… lo que puedas imaginar. Pero todas venían por lo mismo; mi apellido, mi dinero o la fama. Ninguna de ellas me hizo sentir… —se detuvo y exhaló—, seguro.
Fruncí el ceño. —¿Seguro?
Asintió. —Desde el primer momento en que te vi, disfruté tu compañía. No intentaste impresionarme, no tuviste miedo de decir lo que pensabas, ni siquiera sabías quién era yo, y eso… me llamó la atención. Y cuanto más tiempo paso cerca de ti, más me doy cuenta de lo rara que es tu honestidad, tu corazón. Me gustas, de verdad. Y te veo como una amiga.
—Pero, ni siquiera nos conocemos. —Musité, recordando nuestra conversación previa.
Me dedicó una pequeña sonrisa. —Me recuerdas a alg