Punto de vista de Serena
Estaba encima de Bill, y podía sentir el calor de su cuerpo a través de la ropa.
Parpadeé, paralizada por un segundo al darme cuenta de nuestra posición, literalmente a horcajadas sobre él, nuestras caras a centímetros de distancia. Sus ojos, abiertos y algo sorprendidos, se clavaban en los míos. Por un instante, ninguno se movió. El mundo parecía detenerse. Mi corazón latía tan fuerte que sentía cómo vibraba todo mi cuerpo.
El calor subió a mis mejillas y me aparté de un salto, apoyando las manos en su pecho para levantarme.
—Lo siento mucho —murmuré, con la voz temblorosa, mientras me ponía de pie. Mis mejillas ardían y no me atrevía a mirarlo. Aún sentía el calor de su piel.
Bill se levantó más despacio, actuando como si nada hubiera pasado. Pero atrapé algo en su mirada… Algo que intentaba ocultar.
—No pasa nada —dijo, con voz calmada aunque un poco áspera. Me lanzó una sonrisa rápida, como si ambos pretendiéramos que esto no había ocurrido.
Me limpié las