Ariadna Rinaldi, es una joven que para pagar las deudas de su padre, se ve obligada a firmar un contrato comprometiéndose a casarse y darle un hijo varón al hasta entonces único nieto del machista y gran empresario farmacéutico: Sthephano Grimaldi, quién al morir, estipula en su testamento que el primero que le de un biznieto varón, manejará todos los bienes de la familia. Alonzo Grimaldi, ambiciona con esa herencia, por lo que está decidido a casarse con Ariadna, y embarazarla, para cumplir con su propósito; pero él no contaba con la aparición de Nicholas, nieto no reconocido del patriarca de la familia, quién por pedido de su abuela, aparece para compartir con su primo los bienes, sin imaginar que Ariadna, y Nick, años atrás tuvieron un gran romance, que terminó de manera inesperada, cuando él, la dejó plantada el día de la boda. Un duelo de pasiones se vivirá en esta historia. Ariadna y Nick, para alcanzar la felicidad deberán enfrentar a sus enemigos, quienes les provocaran un gran dolor, todo a causa de una terrible venganza...Un heredero desaparecido, y una madre que no descansará hasta dar con su paradero. Obra registrada en Safe Creative: 2108269044150 © Derechos Reservados. Prohibida su copia o reproducción, adaptación, sin autorización de la escritora. Registrada en el Instituto de Propiedad Intelectual de Ecuador. 2017-2021 ©Todos los Derechos Reservados.
Leer másLong Island- New York, Usa.
«Don't stop the music by Rihanna» envolvía el ambiente. Las luces robóticas apenas permitían ver los rostros de los jóvenes que bailaban en la pista. El humo del cigarrillo se coló por las fosas nasales de la pareja que con los dedos entrelazados intentaban llegar a su mesa.
—¡Aquí! —escucharon a lo lejos, enseguida una mano se agitó llamándolos. Ary parpadeó y sonrió al mirar como su mejor amiga Ana Cristina enloquecía a varios chicos con su particular baile. —¡Vamos! —le dijo ella a su novio.
Nick sonrió y avanzó de la mano de su prometida hasta el lugar en donde estaba su amiga. Ariadna se soltó de su agarre y se unió al baile. Nicholas contempló embelesado a su chica. Su ser reaccionó a cada uno de los sensuales movimientos de caderas de ella.
Ary se mojó los labios al ver el rostro de Nick, esbozó una amplia sonrisa, le guiñó un ojo y enseguida mientras ondulaba su cuerpo sus manos empezaron a subir desde su abdomen plano hasta sus senos, se llevó los dedos al cuello y luego agitó su hermosa melena negra.
Al joven Miller la garganta se le secó. Todos sus sentidos reaccionaron ante tal provocación de su chica, sin pérdida de tiempo se unió al baile, entonces se acercó a Ary, y colocó sus manos en la cintura de ella. Inclinó su rostro y depositó varios besos en el hombro de Ariadna, percibió de inmediato como la chica vibró al sentir sus caricias, entonces él deslizó su lengua por el cuello de la joven.
Ariadna gimió bajito, volteó, y sus profundos pozos negros se perdieron en el azulado mar que era la mirada de él, ambos se observaron presos del deseo y la pasión que despertaban uno en el otro.
—Me enloqueces —susurró Nick al oído de ella.
—Tú más —respondió Ary—. Muero porque pasen las horas y ya sea mañana, no quiero estar un segundo más lejos de tí. —Divisó a Nick con un destello de esperanza en su mirada.
—Al día siguiente serás solo mía —aseveró, mientras la pegaba a su cuerpo y su boca se apoderaba de los carnosos y sensuales labios de su chica besándola con desespero.
—Solo tuo, per sempre. (Solo tuya, por siempre) —respondió Ary.
—Sii mio, oggi. (Se mía, hoy) —propuso él.
Ary mordió sus labios, su corazón se disparó en su pecho. Asintió mirando a Nick a los ojos.
—Estamos un rato más, y desaparecemos —sugirió—. Recuerda que es nuestra despedida de solteros. —Sonrió.
—Perfecto —contestó Nick.
Un par de horas más entre música, baile, un par de copas, y las felicitaciones de sus amigos más allegados la pareja disfrutó de su última fiesta antes de convertirse en esposos, enseguida desaparecieron del salón.
Subieron al Camaro negro que Nick conducía y se marcharon rumbo a un hotel. En el trayecto: «Me enamoré de ti by Chayanne» los acompañaba. Ambos entonaron la melodía a todo pulmón, envueltos en aquella atmósfera de romance en la cual solo existían los dos.
«...Eres lo que yo más quiero, lo que yo soñaba. Eres mi rayo de luz a cada mañana. Y sin pensarlo el tiempo me robó el aliento. ¿Qué será de mí si no te tengo?» …
Ariadna suspiró profundo, desde el día que conoció a Nick, dos años atrás en la universidad, ese hombre se convirtió en su todo, y no podía creer que estaba a horas de alcanzar su tan anhelada fantasía de unir su vida al hombre al que tanto amaba.
Para Nick, Ary era la suma de todos sus sueños hechos realidad. Estaba seguro de que nada, ni nadie la separaría de su lado y que las ilusiones que construyeron juntos se convertirían en verdad, en unas horas más.
—Espero que cumplas tu pacto y recuerdes que me prometiste que tendríamos tres hijos, un gato, un perro, y una casa sencilla y acogedora —habló Nick.
Ariadna carcajeó, giró su rostro y lo observó con ternura y la mirada cargada de brillo.
—Dijiste que lo de los hijos será luego de graduarnos de la universidad, y el número está por verse —habló ella—, con respecto a las mascotas no tengo problema, siempre que tú te encargues de su cuidado —advirtió—. Lo que sí te puedo asegurar es que dedicaré cada instante de mi vida a hacerte feliz. —Acarició la mano de Nick.
El corazón del joven se hinchó de felicidad dentro del pecho. Ariadna era su luz, sin ella todo perdía sentido.
Minutos después en la habitación de un hotel ambos jóvenes dieron rienda suelta a todos los sentimientos que prodigaban uno por el otro. Entre besos, caricias, y una promesa de amor eterno Ary entregó su virginidad a Nick.
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Al día siguiente:
La ciudad amanecía brillante, los primeros rayos de sol ingresaban por la ventana de la habitación de Ariadna.
La chica abrió sus lindos ojos negros, se quedó acostada un momento contemplando el hermoso vestido color marfil, que su abuela le había regalado para la celebración civil de su matrimonio, tenía tiempo aún la boda se llevaría a cabo a las doce del mediodía.
Mientras esperaba el lapso prudencial para empezar a vestirse a su mente se vinieron los recuerdos de la noche anterior, suspiró recordando los besos, caricias, su entrega al amor de su vida, quien en pocas horas más sería su esposo.
Su abuela interrumpió su descanso con un delicioso desayuno. Aquella joven vivía desde hace cinco años con ella, a raíz que sus padres se divorciaron cuando apenas cumplió quince.
La mañana pasó en un abrir y cerrar de ojos. Ary estaba lista para asistir al registro civil, su cabello negro liso lo llevaba recogido en un moño, su maquillaje era lo más natural, su vestido era en corte campana, ceñido a su cintura, para finalizar se calzó los stilettos beige, suspiró profundo, preparándose para salir junto a su abuela.
El vehículo que iba a pasar por ellas demoró media hora. Ary intentó comunicarse con su novio para avisar del retraso, pero su móvil se había quedado sin batería, y su abuela no usaba esos artefactos. Cuando el auto llegó se dirigieron al registro civil, iban con el tiempo necesario. La jovencita imaginaba que el novio estaría desesperado, pensando que ella no llegaría. En medio del trayecto el automóvil sufrió un desperfecto.
Una hora después Ary ingresó corriendo al juzgado. La sorpresa para la chica fue que su prometido no aparecía por ningún lado.
—No llegó Ariadna, lo siento —informó Ana—. Traté de comunicarme contigo. —La abrazó.
Ary presionó sus puños con fuerza, intentó contener las lágrimas que se amotinaron en sus ojos. Nick la había dejado plantada, después que le juró amor eterno. Ella sintió que su mundo se venía abajo, tuvo que soportar sola aquella deshonra.
—¡Desgraciado! —exclamó—. Algún día me cobraré bien caro esta humillación —sentenció con el corazón adolorido.
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Queridos lectores vengo a presentarles el primer libro de la Serie Romance, espero contar con su apoyo como en los otros libros.
1.- Esta historia es de mi completa autoría, no acepto, copias, imitaciones o plagio. La historia ha sido registrada en el Instituto de Propiedad Intelectual de Ecuador: 2017-2021.
En caso de darse los casos arriba mencionados a más de notificar a los encargados de la plataforma se procederá legalmente.
2.- La historia tiene escenas de sexo, violencia no explicito, pero sí recomiendo leer bajo su responsabilidad.
3.- Les pido dejar sus comentarios y estrellitas en el caso de que la historia sea de su agrado, si desean seguirme en redes sociales estoy como: Angellyna Merida.
Queridos lectores agradezco el tiempo que se han tomado para leer esta humilde historia que fue la primera que me animé a subir a las plataformas. Aquí empieza la aventura de la Serie Romance que conforman varios libros más. Recuerden que esta historia participa en el concurso y espero sus votos. Un contrato por amor: Historia de Nick y Ary. Déjame decir que te amo: Segunda parte de: Un contrato por amor. Tengo todo excepto a ti: Historia de Diana y Rodrigo, padres de Santiago Vidal. Cuando seas mía: Historia de Isabela, hermana de Santiago. Si me ves llorar por ti: Historia Alba y Santiago. Un café para el Duque (antes: El día que me quieras): Historia de María Paz y Joaquín. Hoy te vuelvo a enamorar (antes: Amantes de luna llena): Historia de Carlos Duque. Dulce Adicción: Historia en Coautoría con mi amiga Xinova Escritora, autora de Entre sombras y tormenta. Pueden pasar a leer uno de sus libros publica
CUATRO AÑOS DESPUÉS. Isla de Roatán—Honduras La delicada y blanca arena de la playa cubría los pies de Nick y Ary, quienes, tomados de las manos de Nachito, Tefa y Paolo, observaban el hermoso color turquesa del agua del mar. Los niños eran muy educados, tiernos, amorosos y solidarios no solo con sus padres sino con las personas a su alrededor. Ayudaban a Ariadna en el orfanato y en el centro comunitario; sin embargo, cada uno tenía características que los hacían diferentes: Nachito ya era un jovencito de once años, tímido, reservado, bastante maduro para la edad que tenía. Tefa, acababa de cumplir nueve: ella era extrovertida, alegre, divertida. Paolo estaba por llegar a los cinco, él era un pequeño muy ocurrente, simpático, travieso; algo entendible en su edad. Lo primero que quisieron hacer los niños en las hermosas playas de Roatán ubicadas en el hermo
Posterior a eso regresaron al comedor comunitario, donde se sirvió una paella realizada por la abuela Fiorella y la señora María para todos los invitados. Mientras se servían la comida, ingresó al comedor Ana Cristina, con su hermosa barriga de siete meses de gestación, ella al igual que Ariadna, se veían resplandeciente. Alonzo la miró y su corazón se estremeció, sintió mucha emoción al verla. Ana Cristina se dirigió a saludar a Ary. —¡Felicidades, amiga! —comentó abrazándola—. Tu sueño se ha hecho realidad —mencionó Ana Cristina, emocionada. —Gracias —respondió Ary—, pero no creas que te voy a perdonar que te hayas ido sin avisar. —La acusó con el dedo índice, y luego sonrió mirando su abultado estómago. —¡Qué hermosa estás! Y mi sobrino cada día más grande —colocó su mano en el vientre de Ana—, te ves tan linda —aseveró Ariadna feliz de ver a su amiga de vuelta. Nick, como todo un caballer
Ariadna, antes de irse del hospital, pasó a saludar a Alonzo. Quién se encontraba acostado leyendo un libro.—Hola... ¿Puedo seguir?—¡Claro! —respondió él, con una sonrisa.Ariadna se acercó a él, lo tomó de la mano.—Muchas gracias… No tengo palabras para agradecerte. ¡Arriesgaste tu vida por mí!—No podía permitir que Jessica, te hiciera daño...no me lo hubiera perdonado nunca. Tú sabes que eres muy importante para mí… Te quiero Ariadna —expresó Alonzo; sin notar que Ana Cristina, estaba en la puerta de la habitación escuchando.—Perdón, no quería interrumpir —pronunció la doctora, con la voz entrecortada. Ariadna lo soltó.
Horas más tarde. Alonzo, salió de cirugía, estaba delicado de salud; pero estable. Ana Cristina ingresó al área de recuperación. Se acercó a él, y las palabras no salían de sus labios, porque ni ella misma sabía que decirle, no tenía claro lo que sentía por él, por eso sus frases no fueron las típicas de amor que todo el mundo espera cuando alguien está grave en la cama de un hospital. La joven doctora deslizó sus dedos por el nacimiento de la barba de él, se estremeció ante ese contacto, y luego respiró profundo. —Alonzo, tú eres un hombre valiente y fuerte. Me alegro de que estés bien. Sabía que te ibas a recuperar... Hierba mala nunca muere —comentó ladeando los labios, se inclinó y besó la frente de él, y se quedó unos minutos cuidándolo, y después salió a ver como seguía Ariadna. Al entrar a la habitación de su amiga, se dio cuenta de que estaba dormida, revisó
Esa misma noche luego de que Ana Cristina atendiera y estabilizara al pequeño Mateo quien padecía infección intestinal todos regresaban a casa. Ángel estaba al pendiente de sus pequeños. María pensativa caminaba a paso lento con las manos en los bolsillos de su saco, suspiró profundo al recordar todo lo que sucedía, estaba a punto de ingresar al contenedor en el que vivía, cuando divisó a su nieto, sentado esperándola.—¡Nachito! —exclamó la señora.—¡Abuelita! —expresó el niño con emoción y corrió a abrazarla.—¡Mi chamaquito! Pensé que no te volvería a ver...— dijo ella, con lágrimas en los ojos, besando las mejillas de su nieto. —¿Qué haces aquí? ¿Cómo llegaste?&mda
Último capítulo