—Adelante —dijo, empezando a desabrocharse la camisa y dejando al descubierto su pecho bien definido.
Empecé a quitarme el sujetador y se lo lancé para que lo atrapara. Lo único que me cubría medianamente eran mis bragas, y cuando me disponía a quitármelas bajo su mirada, su voz me hizo detenerme.
—Déjatelas puestas y ven aquí. Necesito follarte con ellas puestas —susurró con voz ronca mientras me sentaba en su regazo.
Me sujetó la cara para devorar mi boca con voracidad, en un beso apasionado dominado por su lengua, explorando cada rincón, entrelazándose con la mía, permitiéndome saborear el toque de alcohol.
—Espera —le pedí cuando su mano empezó a deslizarse dentro de mi ropa interior, dejándome sin aliento.
—¿Qué pasa?
—Es mi turno —dije un poco tímida, colocándolo a mi lado, y luego desabrochándole el broche y bajándole la cremallera de los pantalones bajo su mirada expectante.
Cuando sus pantalones cayeron al suelo, dejándolo solo en calzoncillos, tomé ambos lados del elástico y