—¿Qué está pasando? —preguntó de nuevo, dirigiéndose a todos, pero sobre todo a mí.
—¡Nada, prima! —exclamó Vincent, fingiendo estar alegre—. Solo hablábamos de... si quieres acompañarnos al club esta noche.
—Hmm —gruñó, enfocándose en mí, obligándome a apartar la mirada para que no notara mi nerviosismo—. Entonces... ¿qué dices, te apetece ir?
—Si ella quiere —respondió, y aunque no lo miraba, sentí su mirada fija en mí.
—Juliette, la decisión es tuya —me llamó mi amiga, obligándome a verla.
—Está bien, vayamos —dije casi en un susurro.
—¡Perfecto! Basta de hablar, y para aprovechar el tiempo, deberíamos alistarnos de inmediato. ¿Qué esperan? Vamos, muévanse —dijo, provocando que Ethan saltara detrás de él con expresión aterrada.
—¿Cómo te sientes, primo? —preguntó Vincent—. Ya has salido antes, pero puedes negarte...
—Si Juliette quiere ir, yo también —replicó, y su primo se encogió de hombros.
Finalmente quedamos solo Gérard y yo, y aunque parte de la historia de Chloé era cierta p