Mientras lo observo salir del estacionamiento, hago lo mismo y me dirijo a casa. Mientras conduzco por la carretera, pongo música de Eminem por diversión.

«And I can't keep living this way. So starting today, I'm breaking out of this cage», resuena en el auto desde Not Afraid, una de mis canciones favoritas.

Unos treinta minutos después, finalmente entré al barrio residencial donde vivo. Antes de llegar a casa, mis ojos no pueden evitar notar un auto deportivo estacionado a un lado del camino.

Después de ignorar sus insistentes llamadas tras la entrevista, estaba claro que no se iba a quedar callado.

Me negué varias veces, y finalmente estacioné mi auto en el garaje. Salgo del coche, sin apurarme, y me dirijo hacia la puerta que conduce al interior de la casa.

No tengo nada de prisa, sabiendo que ya está aquí, y si viene, que espere.

—Buenas noches, joven, debo informarle de la presencia del señor Gérard Durand en las instalaciones.

—¿Dónde está, Agnès?

—Lo está esperando en la sala d