Capítulo 44: El viejito está como quiere...
Joaquín
Me quité la camisa con calma, disfrutando del peso de su mirada sobre mí.
El aire fresco de la habitación acarició mi piel desnuda, y supe que Camila estaba siguiendo cada movimiento, aunque intentara disimularlo.
Comencé a deslizarme fuera de mis pantalones, quedándome solo en bóxers, y cuando me giré para enfrentarla, vi cómo sus ojos se movían lentamente por mi torso, recorriendo los músculos de mi abdomen.
Sus labios se entreabrieron un poco, y escuché que murmuró algo, casi inaudible, pero lo suficiente para arrancarme una sonrisa.
—Santa mierda, —susurró ella, con los ojos bien abiertos—. El viejito está como quiere...
Solté una carcajada, sorprendido por su comentario. Me incliné un poco hacia ella, apoyándome con las manos en la cama, acercándome lo suficiente como para que nuestros rostros quedaran a pocos centímetros.
—¿Viejito? —dije, alzando una ceja y mostrando una sonrisa traviesa—. ¿Quieres comprobar qué tan "viejito" estoy?
Ella se mordió el labio, y pensé q