Mundo ficciónIniciar sesiónAdrien.
Logré sobrevivir a la cirugía, un primer paso en medio del laberinto de mi cardiopatía, esa que me arrojó a un abismo de incertidumbre y transformó mi existencia en una constante negociación con la fragilidad y la muerte. Ahora, cada latido se convertía en un acto de fe, cada respiración en un susurro de esperanza.
Debía recuperar fuerzas, reconstruirme desde el dolor, y volver… volver a ella. A mi dulce Camelia.
Suspiré. Y ese suspiro no fue solo aire… fue una mezcla de anhelo, miedo y un murmullo invisible que se deslizaba por la habitación como un fantasma silencioso. La habitación, nívea y aséptica, parecía extenderse como un páramo. Todo lo humano se desdibujaba en medio de estos muros blancos.
El único sonido y siempre constante, provenía de las máquinas:







