Mundo ficciónIniciar sesióncuando las esperanzas de encontrarla comenzaban a abandonarme, Camelia reapareció. La reconocí incluso antes de que se acercara a mí, como si mi alma la detectara antes que mis ojos. Su piel cremosa, enrojecida por el sol. Un sombrero de paja sombreaba su rostro perfilado, dándole un aire de misterio encantador. Sus rizos rojizos danzaban con el viento y cada paso suyo parecía una coreografía precisa de sensualidad y elegancia.
La encontré, por fin. Y apareció así, con un bikini que dejaba poco a la imaginación y todo a la ansiedad. Sentí el rostro arder, mi respiración se volvió superficial y pesada. Dos tragos de brandy, volvieron a levantar mis escudos y me lancé a hablarle.
Estaba sentada en una mesa cercana dándome la espalda y dejándome ver la curva de su cadera delinearse con naturalidad… y sentí que todo lo co







