Durante los siguientes meses, el CEO se dedicó en cuerpo y alma a su familia. Trabajaba la mayor parte del tiempo desde casa y aprovechaba cada momento para consentir a su dulce y embarazada esposa y jugar largas horas en el jardín de la casa con un pequeño que no se cansaba.
Los chequeos de Amelia fueron de mayor importancia. Acudían juntos a cada cita y se iban con las buenas noticias. El corazón estaba funcionando perfecto. Tal cual como las consultas para escuchar los latidos del nuevo bebé y asegurarse de que su crecimiento estuviese perfecto. El pequeño hijo de ambos también era partícipe de esas buenas noticias y momentos de alegría.
La familia que estaban formando era de revista. Los medios se morían por fotografiarlos cada vez que los veían juntos y acaparaban a los titulares como la joven familia del año. Fotos en partidos de fútbol que el pequeño Cristóbal adoraba y su padre ni se diga. Amelia los acompañaba feliz solo por verlos y escucharlos reír a carcajadas.
Brazilia, po