La expresión de su rostro hizo que se me helara la sangre... Se me acercó y extendió su brazo hacía mi, para entregarme la hoja doblada que sostenía. Desconcertada, tome la hoja y la abrí, quedándome perpleja con los que estaban leyendo mis ojos. -Dime ahora mismo quien es el padre-Exigió con un tono brusco y demandante-Y espero que pienses muy bien tu respuesta. Me apresuré a negar con la cabeza. No creía en lo absoluto lo que decía aquél papel, no podía estar embarazada. Y en el caso de estarlo, no me explicaba como él podía estar haciendo esa clase de pregunta. Él, que había sido el primero y el único, eso en verdad me dolía, me quemaba. -Dilo Stella, ¿Quién es el padre?-Insistió de nuevo, cerrando sus párpados y apretando los puños. Mis lágrimas escaparon sin previo aviso, como resultado de su cruel desconfianza. Abrió de nuevo sus ojos y volvió a mirarme... lo hizo con tanto resentimiento que se me escapó un sollozo. -¡Habla!-Exclamó él, ahora alzando la voz. -Tu...-Mis labios se movieron por si solos y las comisuras de los suyos se fruncieron por una amarga y desfigurada sonrisa. -¿Acaso me ves cara de estúpido? -Tu haz sido el único hombre en mi vida. -Mientes... -Lo juro Salvatore. -¡Mientes!-Repitió con brusquedad-Sabes perfectamente que no puedo tener hijos. -Yo... -¡Ya basta!,-Rugió-No quiero escucharte. -Por favor...-Mi voz se quebró. -Quiero que te vayas de mi casa. Sentí mi rostro palidecer cuando terminó de pronunciar esa frase. -Salvatore, no me hagas esto-Me salió un hilo de voz-Por favor. Las piernas me temblaron y estuve a punto de caer delante de él, pero me sostuvo antes de que mis rodillas tocaran el suelo. -Tienes hasta mañana para recoger tus cosas y lárgate de aquí.
Ler maisCuando era una niña, mis padres siempre me decían que algún día recorreríamos el mundo juntos, emprendiendo una fantástica aventura, solo ellos, y yo...
Aseguraban que conoceríamos nuevas ciudades, otras culturas y que me enseñarían a hablar otros idiomas.Incluso tenían una lista de los sitios que querían que visitáramos: el coliseo, la torre Eiffel, el salto ángel, la muralla china, y muchos más que en éstos momentos no logró recordar con exactitud.En fin... lo cierto es, queridos lectores, que tristemente no hay algo más alejado de mi realidad que todo lo que acabo de decir.Hasta ahora mi vida solo ha estado llena de enredos, conflictos, tropiezos y lágrimas, muchas pero muchas lágrimas.Para empezar, el día que cumplí diez años se me destrozo la vida... la tragedia nos alcanzó a mis padres y a mí, tuvimos un accidente automovilístico en el cual ellos fallecieron, y por cuestiones del destino yo sobreviví, si es que a esto se le puede llamar vida claro... Así que esas aventuras que ellos tanto me prometían solo se hicieron realidad en mis más profundos sueños.Después del accidente, ninguno de mis familiares cercanos quiso hacerse cargo de mí, por razones que aun desconozco, y desde entonces estuve viviendo en un ´´centro de protección de menores´´, que es uno de esos sitios donde se encargan de cuidar a los niños huérfanos o abandonados, hasta que son adoptados o en su defecto, hasta que cumplen la mayoría de edad, y en mi caso sucedió lo segundo.No llegue a ser adoptada y cuando cumplí dieciocho años no tuve más remedio que marcharme del lugar y empezar a valerme por mi misma.Al príncipio me costó muchísimo adaptarme a la vida externa, tuve que volverme una adulta a juro y hoy que ya cuento con veintiun años, siento que todo sigue siendo igual de duro, tengo que admitirlo, sobre todo sintiéndome tan sola en un mundo que esta rebosado en malas intenciones...Es por eso que quiero contarles mi historia, aunque creo que olvidé mencionarles mi nombre, me llamo Stella, pero supongo que eso ya lo sabían.Soy de piel clara, pero no demasiado, mi cuerpo es delgado y tengo una estatura promedio (mido un metro sesenta), mi cabello es castaño oscuro y bastante largo, tanto, que llega hasta el final de mi espalda. Tengo los ojos de un tono verde aceituna, con largas pestañas, igual que los de mi madre, pero no me parezco demasiado a ella, ya quisiera yo. Mamá era una mujer muy hermosa y papá no se cansaba de recordárselo a cada instante.Y a pesar de que me considero una chica bastante común, y que no tengo un cuerpo escultural, tuve innumerables inconveniente con sujetos desagradable en mi primer empleo, a pesar de eso pasé casi dos años trabajando ahí, no me atreví a renunciar por miedo de no encontrar nada más...Inicié como mesera en un pequeño bar, y como les digo, cada noche era acosada por clientes borrachos, y lo peor es que el sueldo que cobraba no alcanzaba para mucho, apenas para medio comer y para pagar el alquiler en un pequeño departamento que era más parecido a una ratonera que a otra cosa.Tiempo después, y con ayuda de una conocida, conseguí un empleo como sirvienta en la mansión Lombardi, y fue cuando conocí a Salvatore, un italiano extremadamente atractivo pero excesivamente controlador, y en especial obsesivo, que entró a mi vida para volver todo mucho más complicado de lo que ya era.Él, y sus exigentes contratos pusieron mi mundo de cabezas...Se adueñó de mi tiempo, de mis inexpertos labios, inclusive de mi cuerpo, y aunque me cueste admitirlo, también se adueñó de mi frágil y solitario corazón.*Meses después* SALVATORE. -¿Sabes lo terrible que es despertar y no ver a mi hermosa esposa junto a mi?-Le pregunto a Stella, luego de encontrarla en el despacho. -Me levanté temprano amor, y estabas durmiendo tan plácidamente que no quise despertarte. -¿No podías dormir?-Rodie el escritorio y la besé en los labios-Debiste levantarme. Despiértame, cuando sea y a la hora que sea... -No es eso, dormí muy bien, pero me levanté temprano y bajé para revisar algunos documentos de la fundación-Señaló la laptop y la miré con orgullo. Al final encontró un propósito. Ha creado una fundación que ampara a los más necesitados, a niños que están en situación de calle, incluso dicta charlas para parejas que quieran realizar una adopción, con el fin de que tomen en consideración a los niños de edad avanzada, y así ellos no se sientan desplazados, como sucedió con ella. Ayuda a personas como Julia, que han pasado por situaciones fuertes, las orienta a buscar Justicia en lugar de sentir vergüen
*Dos años después*-¿Dónde se habrán metido esos tres?-Me pregunté a mí misma.Me asomé en mi habitación y no estaban, ni en la de los gemelos, ni en la cocina, tampoco en la sala, y menos en la piscina, el único sitio que me faltaba por revisar era el despacho.Abrí las puertas y allí estaban, pude escuchar sus risas cuando notaron mi presencia -¿Se puede saber que hacen ahí metidos?-Pregunté, asomando la cabeza dentro de una cobija que estaba puesta como una especie de tienda de campaña-Salgan de ahí o van a arrugar su ropa. Ya es hora de irnos.-Ellos no saben de responsabilidades mi cielo-Comenta Salvatore, siendo el primero en salir.-Para eso estamos los adultos-Me llevé las manos a la cintura.Me observa detenidamente, y sonríe.-Estas hermosa, como siempre.-Gracias, me esmeré. Deberíamos haber salido hace diez minutos.-Minutos más, minutos menos, que importa-Se encoge de hombros.-Ojalá el Salvatore de hace cuatro años, pudiese escuchar lo que acabas de decir.-Probablement
-"Respira Stella, respira"-Tuve que recordarme yo misma, ya que estaba a punto de desmayarme por no llenar mis pulmones de aire...En solo un minuto deberé caminar hacia el altar y yo sigo aquí, intentando recordar cómo es que se inhala y se exhala el bendito oxígeno.-¿Preparada?-Pregunta Sebastián, detrás de mí, y me sobresalté cuándo escuché su voz-Veo que no, ¿Estás muy nerviosa?-Ni te imaginas cuánto...-Resople.Me observa detenidamente, y sonríe.-Estas muy bonita, pareces una princesa. Espero que no me lo tomes a mal.-Oh, no, no. Te lo agradezco, eres como mi hermano mayor y escuchar esas palabras me generan mucha confianza... Sinceramente no pensé que este momento fuese tan difícil, quizás hubiese sido más sencillo si uno de mis padres estuviese conmigo, pero, contar contigo es bastante reconfortante-Sonreí ampliamente-Y, por cierto, tú también estas muy guapo.-Gracias. Y, no es que yo sea exactamente una figura paterna para ti, pero ya que me ves como un hermano mayor, me
-Papá, ¿Quieres pedirle perdón a Stella?-Pregunta mi cuñada, y el hombre pestaña dos veces para afirmar.-No me pida perdón a mi señor Massimo, mejor pídaselo a Dios para que pueda permitirle descansar en paz-Me acerco un poco más, intentando que mis ojos no muestren lástima, sino compasión, y le digo en voz baja-Le voy a confesar algo que tal vez le traiga un poco de alegría en estos momentos de agonía que ha vivido.Hice una pausa momentánea y sentí como mi italiano me sostuvo por la cintura, busque su rostro para ver si lo que quería era que callara, pero no, la expresión que mostró fue de apoyo, así que continúe.-Señor Massimo, al final mis hijos si llevan su apellido.Abrió los parpados más de la cuenta, y suspiró cómo si sintiera calma, y tuve que aclarar.-No lo hice por usted, lo hice por su hijo, por mi Salvatore... Él, es un hombre maravilloso y lo merecía, aunque sé que, de igual forma a usted, eso le genera alivio-Pestaña dos veces para confirmar y yo asiento con la cabez
-¡Dios mío!, ¡Esto es un castillo!-Exclama una voz femenina bastante conocida, era mi amiga.Aun teniéndolos a los dos al frente, no podíamos creer que hubiesen venido.-No me vean así, estoy aquí porque ella me convenció-Dice Sebastián, señalando a la pelirroja que trae al lado-Esta casa solo me trae malos recuerdos.Debí imaginar que mi amiga estaba detrás de todo esto, y él, está demostrando que literalmente, hace lo que sea por ella.Antonella no se aguanta y corre a darle un fuerte abrazo a su hermano, y en respuesta, recibe un sonado beso en la mejilla.-Es bueno verte hermano-Dice Salvatore, acercándose a la emotiva escena, y la chica aprovecha para abrazarlos a los dos al mismo tiempo.Julia, camina en mi dirección y después de saludarla, le dije en voz baja:-Gracias por convencer a Sebastián de que viniera, para sus hermanos era importante volver a reunirse.-Lo hice porque no sé si el viejo está tan mal como pensamos, en realidad vine por ti, no podía dejarte sola.Extendí
Siempre he sentido ilusiones de viajar...Volar en avión me pareció divertido y aterrorizante al mismo tiempo. Los gemelos se portaron bastante bien durante el vuelo y cuando aterrizamos, sentí algo de emoción. Me entusiasma conocer la tierra donde nació mi amado Salvatore, aunque las circunstancias no resulten del todo agradables...Un chofer nos recogió en el aeropuerto, y pude ver parte de la ciudad cuando íbamos en camino, no hay duda de que Italia es preciosa.Cuando llegamos a casa del señor Massimo, mi mandíbula casi toca el piso. Es como un enorme palacio, hace que la mansión parezca una simple casa de campo.-Bienvenida-Dice mi pelinegro sin mostrar el mínimo rastro de alegría, y yo sonrió por amabilidad.Sé que, aunque no lo platique, la situación con su padre lo tiene preocupado...Salimos del auto y de inmediato unas personas se nos acercaron para saludar y ayudarnos a bajar nuestro equipaje.Yo cargue a Alessandro, y él, a Isabel, y entramos tomados de la mano.-Es demasi
Último capítulo