LA AMANTE VIRGEN. CAPÍTULO 49. La caída
LA AMANTE VIRGEN. CAPÍTULO 49. La caída
El silencio en la sala era tan espeso que parecía que nadie se atrevía siquiera a respirar. Todos observaban a Callie, esperando su reacción después de haber visto ese video devastador. Los murmullos empezaron a crecer, mientras las personas se susurraban entre sí con asombro y repulsión, y el abogado de Callie, intentando mantener la compostura, se levantó de inmediato.
—¡Objeción, Su Señoría! —gritó con desesperación—. ¡Este video fue grabado sin el consentimiento de mi clienta! ¡Viola su derecho a la privacidad!
Lieberman, sin perder un ápice de su calma habitual, se giró hacia él.
—Pues ya eso es asunto del señor Rory, porque las cámaras estaban instaladas en su domicilio, él violó la privacidad de su clienta y estamos perfectamente de acuerdo en que lo demande por todo lo que tiene —replicó con una sonrisa.
—¡No se haga el idiota, Lieberman! —gruñó el abogado de Callie desesperándose—. ¡Sabe que me refiero a que no es admisible el video en