LA AMANTE VIRGEN. CAPÍTULO 35. La ironía perfecta
LA AMANTE VIRGEN. CAPÍTULO 35. La ironía perfecta
Quizás era de esa clase de amenazas que no servía para nada. Quizás estaba contando con que aún le importaba un poquito a Charlotte; pero la forma en que sus pupilas se dilataron al escucharlo decir aquello, le dio una mínima esperanza.
La besó despacio, acariciando sus labios con un gesto gentil antes de rodar sobre la arena y llevarla consigo. El tiempo se volvió nulo mientras la metía de nuevo al agua, dejando que se llevara toda la arena pegada a su piel y luego la envolvía en su camisa para sacarla de allí. En una tiendita de carretera compró ropa de souvenir para los dos y Charlotte ni siquiera se quejó mientras él la vestía en silencio y le daba un beso en la frente.
—¿Quieres que me quede? —preguntó Blake estacionando frente a la verja de la entrada de la mansión Dalton, pero Charlotte negó.
—No, hay muchas cosas ahí adentro que todavía necesito resolver —dijo ella con cansancio y se alejó del auto sin siquiera despedirse.
Blak