Capítulo 92. Una trampa.
Meses atrás.
—Y en noticias del espectáculo, tenemos que el magnate y empresario dueño de las empresas Lancer se casó en su propia mansión con una hermosa chica local llamada Ximena Montenegro—, decía una periodista en un programa de farándula que Justo Bolccini veía mientras comía una ensalada de frutas.
Justo quedó fascinado con la belleza de Ximena desde el primer momento que la vió. Sin embargo, nunca pensó que esa fascinación se iba a convertir en una verdadera obsesión por ella.
—¿Cómo dijo que se llamaba?—, preguntó para sí mismo esperando que repitieran el nombre de la nueva esposa de Félix Lancer.
Desde ese día, Justo comenzó a comprar todo tipo de periódicos o revista dónde pudiera salir el rostro de Ximena, ya que la había buscado hasta el cansancio en las redes sociales y nunca la había encontrado.
Recortó cientos de fotos y las colocó por todos lados en su casa. Ximena era una especie de diosa que Justo había empezado a adorar con mucha devoción.
Por eso podrán imagin