Capítulo 93. Listo para disparar.
Justo Bolccini se tocaba el labio y luego miraba sus dedos para ver la sangre de la herida que Ximena le había provocado, y eso lo hacía enojar mucho más.
—Eres una idiota...
Justo limpió su labio y caminó hasta el lugar en donde Ximena yacía desmayada en el suelo para arrodillarse frente a ella.
Ximena reaccionó y despertó abriendo los ojos, pero ahora su fuerza era mucho menor y el dolor en su cabeza le hacía imposible seguir luchando contra un hombre, que para colmo, estaba armado.
—Déjame en paz—, dijo Ximena con voz débil y tratando de mantener sus ojos abiertos.
—Escúchame bien...—, dijo Justo mientras colocaba el cañón de la pistola contra el cuello de Ximena—, Ahora harás precisamente lo que yo te diga, o de lo contrario tendré que hacerlo por las malas... ¿Entiendes?
Ximena no dijo nada y sólamente tragó saliva con dificultad mirándolo de forma amenazante.
—Quiero que te quites ese vestido y modeles completamente desnuda para mí—, ordenó Justo—, Y lo harás con una dulce