Capítulo 82. ¿Tenemos un trato?
Fernando salió de la habitación de Félix después de estar durante horas encerrado con su hermano.
Antes de salir de la casa se encontró frente a frente con Ximena en el jardín y para ambos fue imposible no acercarse el uno hacia el otro.
—¿Cómo te fue?—, preguntó Ximena para romper el silencio.
—No fue fácil. Pero, al final nuestra hermandad habló por nosotros—, respondió Fernando con una sonrisa satisfactoria en su rostro.
—Entonces, ya puedes regresar a tu castillo.
—¿Castillo?—, Fernando dejó escapar una carcajada—, Si supieras que no quiero estar en ese lugar.
—¿Estás bromeando? ¿No es cierto?
—No, Ximena. Desde que ustedes se fueron esta mañana, esa mansión se convirtió en un cementerio inmenso. Y el silencio en ese lugar es ensordecedor—, confesó.
—Quizás ese sea el precio de ser el único heredero de la fortuna Lancer.
—Tú sabes mejor que nadie que nunca quise esa fortuna. Solo quería darle una lección a Félix.
—¿Y no te parece suficiente?
—Más que suficiente.
—¿Enton