Capítulo 19. ¡Voy a matarte!
Ximena estaba arrodillada frente al retrete del segundo baño que limpiaba. Sentía calambres en sus dedos debido a todo el tiempo que había pasado frotando esa esponja contra el piso, la tina, y las paredes.
Había frotado tan fuerte que los guantes de látex que protegían sus manos terminaron rompiéndose a la mitad.
—Súper resistentes—, leyó en la etiqueta del guante—, Si, como no—, expresó con sarcasmo, mientras se quitaba esos guantes para arrojarlos a la basura.
Se asomó por la ventana y vio algo que le llamó la atención de inmediato.
Fernando caminaba directamente a la limusina acompañado de varios trabajadores de servicio que cargaban sus maletas y las subían al vehículo, mientras que el chófer privado le abría la puerta para que él pudiera subir sin problemas.
—Por favor, llévame al aeropuerto—, indicó Fernando al chófer.
—De inmediato, señor Fernando—, respondió el chófer haciendo una pequeña reverencia.
Y fue entonces cuando ocurrió algo muy extraño. Ximena comenzó a fant