Capítulo 18. Castigo y un secreto descubierto.
—No sería profesional de mi parte si me meto en los problemas personales de mis pacientes—, dijo el doctor Spencer sacudiéndose las manos de Ximena de encima.
—¿De qué estás hablando?—, preguntó Ximena contrariada—, Sabes perfectamente de lo que te estoy hablando. Tú mismo has visto de lo que esa gente es capaz—, dijo.
El doctor Spencer tocó el botón del intercomunicador para hablar directamente con su secretaria.
—Dígame, doctor Spencer—, se escuchó la voz de una mujer a través del intercomunicador.
—Por favor, Steven... Hazlo por mi—, suplicó Ximena con los dedos entrelazados en forma de plegaria.
El doctor Spencer se quedó mirándola durante unos segundos, mientras mantenía el dedo presionando el botón del intercomunicador. Por un segundo, Ximena pensó que lo había hecho cambiar de opinión, y que en el último segundo ese hombre se decidiría valientemente a ayudarla, pero se equivocó.
—Ya le dije que para usted soy el doctor Spencer—, dijo refiriéndose a Ximena—, Por favor, haz